lunes, 5 de agosto de 2019

Una aproximación a la narrativa post-apocalíptica de Corman McCarthy





En las últimas décadas la narrativa norteamericana contemporánea ha regalado al mundo figuras destacadas como Philip Roth, Thomas Pynchon, DeLillo y Corman Mccarthy, cuya literatura señala el desquiciamiento de la vida contemporánea, gobernada por una pulsión autodestructiva consumada en el desenfreno de la sociedad capitalista. The Road de Corman McCarthy es una incursión paradigmática en ese sentido. La trama escrita con un lenguaje eficaz y sobrio nos adentra en una zona marcada por la desolación del viaje post-apocalíptico de un padre con su hijo, empujando una carreta entre los escombros de un mundo a punto de desaparecer en medio de una imagen distópica del futuro, como hemos vislumbrado en las diversas películas difundidas por la cultura audiovisual hollywoodiense al estilo MadMax.

Resultado de imagen para the road de Cormac McCarthy

                Thomas McCarthy describe un espacio “desencajado de su apuntalamiento”, reescribiendo las palabras tan conocidas de Hamlet “the time is out  of joint”. En ese sentido, la novela nos presente una realidad fuera del tiempo, o por lo menos del tiempo cronológico productivo de la modernidad capitalista. El mundo del “American Way of Life” se ha desvanecido en su telaraña, dejando tras de sí una huella de violencia que infecta a la sociedad norteamericana, reduciéndola a una serie de grupos caníbales arrojados a la intemperie. Sin embargo, cabe señalar el rescate del Sur, como un espacio ideal para albergar las utopías de los sobrevivientes, en contrapartida con las llamas que terminan de consumir al Norte.
          
  The Road nos propone el punto de vista de los sobrevivientes en un mundo empobrecido y azotado por la entropía. De esa manera, no sería descabellado imaginar una lectura política en McCarthy donde la pregunta resuena en el inconsciente de la resistencia política contemporánea: ¿Qué se hace cuando el estado se derrumba? Que hace el colectivo cuando las condiciones de existencia bajan a temperaturas similares al frío que roe los cuerpos de los viajantes post-apocalípticos de una novela que anuncia la inquietante proximidad de un tiempo desquiciante, donde el lema más allá de su pausterización neoliberal será: inventar un mundo nuevo o sucumbir en el desierto.