jueves, 16 de mayo de 2019

La psico-esfera en True Detective





 
En la última década la cultura audiovisual ha sido enriquecida por series que conceptual y estéticamente intentan diagnosticar el malestar de nuestra sociedad contemporánea. Breaking bad, Black Mirror, Game of Throne, The robots, True detective, etc., han refrescado el imaginario colectivo aportando con nuevas formas para entender la compleja realidad que condiciona nuestra existencia en un mundo rodeado de corrupción, decadencia, y -si queremos ser pesimistas- en vías de causar su propia destrucción. En el caso particular de True Detective nos encontramos con una serie de corte policial gótico cuya trama nos cuenta la relación de dos detectives, involucrados en la investigación de unos crímenes cometidos en las periferias de los Estados Unidos, con la presencia del mal que infecta todas las esferas sociales de la vida americana.
La serie describe una atmósfera cargada de símbolos expresivos de las culturas periféricas norteamericanas, entre la religiosidad cristiana conservadora y las prácticas de santerías y vudú, donde podemos entrar en espacios invadidos por la corrompida élite social que esparce la oscuridad en las narices de la población. “Hay un mal olor aquí afuera. Aluminio, cenizas. Casi se puede oler la psicoesfera”, le dice Rust Cohle a Marty Hart, refiriéndose a Louisiana. Según el detective Rust, la psicoesfera es la atmósfera de pensamientos en la que viven los seres humanos, o en términos de Husserl, la representación imaginaria de nuestras reales condiciones de existencia. La psicoesfera es un concepto que nos recuerda el planteamiento de Sloterdijk, cuando responde la pregunta de Heidegger: ¿Dónde estamos cuando decimos que estamos en el mundo?, expresando que estamos, o mejor dicho, somos en burbujas, en esferas, donde el hombre se construye, se protege y cambia.  Sloterdijk observa que la vida humana se organiza con base en las relaciones, en formas ideológicas que constituyen su identidad en su relación con los espacios tanto íntimos como espacios metafísicos e imaginarios. En ese sentido, el concepto de psicoesfera propuesto por Rust, remite a la estructura socio-cultural que organiza  las formas de la sociabilidad, en una realidad marcada por la presencia de valores ideológicos de la clase dominante y afín a la organización política del poder norteamericano.
True Detective muestra varios mundos o esferas como: la ciudad, la oficina de policía, prostíbulos, el hogar familiar, y el pantano de Louisiana, espacios donde se puede percibir la presencia del mal. La corrupción invade todos los niveles y espacios de la vida social y cultural de Louisiana, cuya comunidad se encuentra al acecho de terribles crímenes, vinculados a las  prácticas de un culto espiritista-satánico, en donde estarían involucrados también altos mandos del gobierno, la iglesia y la policía.   La pareja de detectives debe investigar el asesinato brutal de una mujer, sin imaginar que sus vidas quedarían profundamente marcadas por el envilecimiento colectivo de la psicoesfera. Rust Cohle (Matthew McConaughey) encarna al detective visionario, capaz de interpretar los signos del malestar, mientras que Marty Hart (Woody Harrelson) representa el detective pragmático y cuyo entendimiento se apega al sentido común y corriente. Ambos reflejan las dimensiones culturales o las esferas representativas de dos sectores que componen el espectro identitario de la cultura norteamericana, me refiero a la cultura del wester o del sur, de las periferias en contraposición con la cultura central capitalina del American way of life. Las tensiones entre lo rural y lo urbano se reflejan en la serie como el choque entre las personalidades de los detectives, Cohle expresión de lo místico y desconocido, al contrario de su compañero Hart que expresa la rutina profesional y la vida ordenada de un hombre de familia.
True detective nos acerca a una realidad profunda donde prevalecen valores ideológicos que confeccionan una psicoesfera, una atmósfera donde el mal se apodera de todos los espacios de la vida humana, sacando a la luz, a la manera de un triller policial gótico, la podredumbre que carcome la espina dorsal de la sociedad norteamericana. True Detective puede funcionar como una metáfora de la situación esquizofrénica de la cultura americana, aunque es preferible pensar en una descripción literal de la realidad, como podemos observar al vincular la temática de la serie con el hecho histórico real del caso de la iglesia de Hosanna, cuyo Padre Louis Lamonica admitió que había abusado sexualmente de muchos niños y pidió ser encarcelado para recibir el castigo que se merecía. Se acabó descubriendo que la secta estaba formada por un grupo de adultos que obligaban a los niños a tener sexo con ellos y con animales, en una iglesia donde rendían culto a Satanás.  Una descripción que permite vivir una experiencia donde la ficción y la realidad se confunden.